Hace cinco años me parecÃa que dominar el inglés era una tarea titánica. Es decir, podÃa leerlo, entender muchas reglas gramaticales, estructurar frases simples, pero era incapaz de entenderlo de forma oral y mucho menos hablarlo.
Por más que lo estudiaba, era como si mis oÃdos se negaran a escuchar. Lo único que podÃa percibir era un murmullo y palabras aisladas que no tenÃan ningún sentido. Muchas veces encendÃa la radio pública de Orlando, la cual recomendaban mis profesores como una excelente herramienta para practicar mi LISTENING, pero al cabo de unos minutos solo lograba que mi cabeza doliera.
En muchas ocasiones me ponÃa a leer en voz alta frente al espejo para practicar mi SPEAKING con resultados poco alentadores. SentÃa que mis labios y mi lengua tomaban direcciones opuestas, no se ponÃan de acuerdo, por lo que terminaba mordiendo la lengua a cada rato. Me sentÃa torpe. Ningún sonido en inglés sonaba natural cuando salÃa de mi boca adolorida.
¿Qué estaba mal conmigo? ¿Por qué el inglés parecÃa más sencillo cuando lo leÃa en forma silenciosa que cuando intentaba escucharlo o hablarlo?
La dificultad de un idioma es inversamente proporcional a la motivación para aprenderlo, Reg Hindley
Algunos me decÃan que era que no estaba pensando lo suficiente en inglés, pero ¿qué significa realmente pensar en inglés? PodÃa entender la teorÃa pero no podÃa forzar a mi cerebro a pensar en un idioma que no fuese español.
Otros me aconsejaban que tuviera paciencia que poco a poco lo dominarÃa. Pero yo querÃa aprenderlo rápido. Necesitaba aprenderlo rápido. Por un lado, como madre, sentÃa que mientras mas inglés supiera, más podrÃa ayudar a mis hijos en la escuela y como maestra sentÃa que era una gran responsabilidad dominar bien el segundo idioma para luego poder impartir clases en inglés.
Pues con el tiempo entendÃ, que si no tienes paciencia y respetas tu propio y natural ritmo de aprendizaje, tal cosa como pensar en inglés jamás ocurrirÃa. Asà que decidà tomar las cosas con calma.
Mi pequeña, de cinco años para ese entonces, en tres meses ya estaba hablando y leyendo en inglés acorde para su edad. Eso me hizo reflexionar sobre la manera en que ella estaba aprendiendo y la manera en que yo lo estaba haciendo. Para ella era como un juego. Al inicio, repetÃa como un loro lo que escuchaba, aunque no tuviera sentido, ella no tenia pena, aprender inglés era como una aventura. Ella era el perfecto ejemplo de que la paciencia y la diversión son elementos claves en el aprendizaje.
Para mi hijo mayor, que en ese momento tenÃa 10 años, el inglés no era una aventura, era una pesadilla. Él ni siquiera querÃa hacer el esfuerzo de aprenderlo, simplemente lo rechazaba. Pero en seis meses ya estaba comunicándose de forma fluida con sus maestros y amigos de la escuela. Su maestra, aunque no hablaba español, le tuvo paciencia y respetó su ritmo de aprendizaje. Observó y analizó cuales eran las fortalezas de mi hijo como aprendiz y cuales eran las áreas donde ella debÃa enfocar su enseñanza.
Adicionalmente se tomó el tiempo de conversar conmigo, claro a través de un interprete, pero comunicación al fin. En esa reunión ella aclaró que se necesitaba para pensar en inglés. Para aprender a pensar en inglés o en este caso ayudar a mi hijo a hacerlo, yo debÃa reforzar en casa todos los conocimientos que aprendÃa en la escuela, pero en ESPAÑOL. SÃ, como lo acabas de leer en ESPAÑOL. La maestra me aconsejo que me olvidara del inglés, que ella se encargarÃa de esa parte, mi misión era reforzar el lenguaje materno de mi hijo, su español.
Es decir, si la maestra daba fracciones en la escuela en inglés, yo tenia que explicarle lo mismo en español en casa, o si habÃa una tarea de lectura, yo debÃa traducirla, analizarla en español, y luego dejarlo solo para que él completara su tarea en inglés, aunque no fuera perfecta sino haciendo uso del inglés que poco a poco él iba aprendiendo. Tal vez yo debÃa hacer lo mismo conmigo misma. Pensar en Español y luego intentar pensar lo mismo con el inglés que habÃa aprendido hasta ese momento. Al principio no era perfecto, pero era un gran avance.
Ayudando a mis hijos a aprender en la escuela, aprendà a tenerme paciencia como aprendiz de inglés y logré finalmente pensar en ese idioma. Por supuesto, eso no ocurrió de la noche a la mañana, pero sà puedo garantizarte que mientras más motivada y relajada estaba, más fácil era entender a alguien hablando en inglés.
Esta motivación se aplicaba igualmente a mis hijos. Mi hija pequeña, logró dominar más rápido el inglés porque desde un inicio estuvo motivada a hacerlo. Para mi hijo, el proceso fue más lento porque al inicio no habÃa nada de motivación solo rechazo, sin embargo, la excelente intervención de su maestra poco a poco encendió esa chispa y luego de un tiempo su motivación se incrementó al igual que su aprendizaje, superando asà las dificultades.
Para mà el camino fue más largo, porque durante mucho tiempo me presionaba al extremo en vez de motivarme. La presión solo hacÃa que las dificultades en pronunciación y comprensión auditiva se incrementaran, mientras que cuando presté atención a la forma en que mis hijos estaban aprendiendo inglés, y comencé a relajarme, la motivación se incrementó y abrió todo un mundo de nuevas oportunidades de aprendizaje.
Asà que si hoy tú te encuentras en una situación similar a la mÃa, ya sea en los Estados Unidos o en otro paÃs donde tus hijos deben recibir clases en un idioma diferente al español, no desesperes, solo busca una motivación tan poderosa que te guÃe a ti y a tus hijos a superar las dificultades del nuevo lenguaje.
¡Y si no encuentras esa motivación, cuéntame tu historia en los comentarios, para mà será un placer poder ayudarte a encontrarla!